Hoy no tengo nada que decir.
Repito. Hoy no tengo.
Me quedé mirando si estabas por ahí.
Me quedé.
Y lo peor de todo a estas alturas
donde uno se queda
es que no hay nada para decir.
Menos mal.
La mudez será la consecuencia de
la madurez de la música.
Y dan ganas de abrazarte espejo,
todo sea para protegerme de la
sonrisa de la foto.
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