domingo, 25 de enero de 2015

ALGO ME HACE LLORAR

                                             


La suerte de los ojos, sitio de cadenas uniformes y definitivas. El horizonte se siente insultado cuando miro más allá. No me deja cruzar la línea a donde yo se que hay ruiseñores, brotes, tiempo y garganta. Enigma intacto.
Me suicido los brazos para que no acompañen la altura de los límites. El molino trabaja sin adelantar la fecha del viento. ¿Quién acariciará las piernas del silencio? ¿Alguien? ¿Horizonte? ¿Más allá?
Algo me hace llorar y no por los ojos.
He aquí el galope propio y la palabra bastón.
Enigma de los escombros buscando un pecho.









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